miércoles, 15 de junio de 2011

Alimentación en Invierno

Al igual que cuando se acerca el invierno cambiamos la ropa del armario y sustituimos el algodón por la lana o pasamos del lino al punto para enfrentarnos al frío.

Nuestro cuerpo debe adecuarse a las temperaturas más bajas y a la falta de sol en nuestra piel. Y, claro está, debe recibir por nuestra parte, sus moradores y propietarios, un trato acorde a las nuevas circunstancias.
La dieta que nos resultaba útil y gratificante en los largos y soleados días de verano ya no sirve: es demasiado frugal para el invierno. La naturaleza, que sigue siendo sabia, inunda los mercados con alimentos de temporada que aportan esas propiedades que nos ayudan a afrontar los meses invernales y combatir los catarros, constipados y tiritonas tan propios de esas fechas. En verano, el gazpacho es refrescante y sabroso; en invierno, la sopa entona el cuerpo.
En otoño e invierno disponemos de alimentos de temporada calóricos, como legumbres, patatas y boniatos que nos sirven para ir acumulando reservas de energía. En estas fechas, las temperaturas bajan y nuestro organismo necesita más calorías para mantener el calor corporal.
Alimentos de invierno
Los alimentos de temporada son interesantes desde una triple perspectiva: nutricional, económica y ecológica. La cantidad de nutrientes de un alimento (vitaminas y sales minerales entre otros) depende, entre otros factores, de la riqueza de los suelos en que se cultivan y del grado de manipulación a que se somete al producto. Parece lógico que las hortalizas consigan su desarrollo óptimo y ofrezcan su mejor aporte nutricional en las condiciones climáticas que más favorezcan su crecimiento, las que marca su calendario natural. La mayoría de las verduras y frutas de clima cálido se caracterizan porque su parte comestible es el fruto: calabaza, calabacín, pimiento, tomate, melón, sandía, pepino¿Y las de clima templado o frío, propias de esta temporada, ofrecen como parte comestible las hojas, bulbos o raíces: acelga, espinacas, puerros, col, coliflor ajo, cebolla, rábano¿
El alimento de temporada es casi siempre el que más conviene a los consumidores: normalmente más económico, su calidad organoléptica, según aseguran los especialistas en gastronomía, es también mejor. Además, consumiendo productos de temporada contribuimos a respetar el ciclo natural de producción, lo que conlleva una positiva repercusión en el medio ambiente.